Aunque muchos no lo crean, el labrador retriever es, en realidad, un perro de caza y no de recreo y compañía. Originariamente, esta raza era utilizada por los pescadores del bacalao en Canadá para recuperar los peces que escapaban de las redes.
Es un perro comúnmente conocido por su simpatía. Tiene excelentes dotes para traer de vuelta a las presas que caza, es por ello que antiguamente se criaban y se vendían con este fin. Tiene buen olfato y es un buen rastreador, tanto, que también ha sido utilizado en numerosas ocasiones como perro policía en la búsqueda de drogas o de explosivos.
Sin embargo, y a pesar de sus generosas aptitudes para la caza, el labrador retriever adquiere fama realmente como perro guía. Su carácter dócil y apacible, y su capacidad para ser el mejor compañero no tiene igual. Es leal, cariñoso y muy amigo de los niños, algo muy importante, sobre todo, a la hora de ser escogido como mascota por una familia.
El labrador se ha consolidado ya como una de las razas más reconocidas del mundo, sobre todo en Gran Bretaña y Estados Unidos y Europa.
Esta raza es de complexión fuerte. Su cráneo es grande y ancho, con mandíbulas sólidas y una nariz amplia. Sus ojos son de color pardo o avellana, y siempre suelen mostrar una expresión inteligente y apacible. Las orejas, que son pequeñas, cuelgan a los lados de la cabeza, un poco hacia atrás. El pelaje es corto pero denso, y su tono siempre debe ser liso: arena, marrón o negro.
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